domingo, 26 de septiembre de 2021

La historia por recorrer


 ¿Por qué una historia por recorrer?


Solemos pensar que la Historia es cosa del pasado. A esta idea se la acompaña con la muletilla "la Historia es la que es y no se puede cambiar". Nada más lejos de la realidad.

Los recuerdos son la visión subjetiva de la Historia. La Historia es la que es (versión objetiva del pasado), pero la historia son los recuerdos de esa Historia. Cuando estudiamos Historia, debemos asegurarnos de que la estudiamos con mayúsculas. 

Cada una de las facetas de un individuo, como por ejemplo sus expresiones y vocabulario, la percepción de si mismo en su entorno y su propio entorno, sus gustos y reacciones ante circunstancias, están condicionadas por su historia. En definitiva, por sus recuerdos y por como estos los ha procesado. 

De igual manera, los pueblos y naciones explican su fundación, sus hitos históricos, sus circunstancias actuales y sus carencias y virtudes en base a la Historia vivida. 


El problema viene cuando nos damos cuenta de que la Historia a la que recurren personas y naciones para identificarse en el mundo no está más que formada por recuerdos. 

De la misma forma que las personas estamos constantemente revisando y editando nuestros propios recuerdos, las sociedades evalúan su Historia constantemente, deformándola y cambiando la percepción que tienen de sus sucesos pasados. Por ello los recuerdos son la historia, la Historia deformada. 

¿En qué resulta todo esto relevante? Pues en que si hemos dicho que cada una de nuestras particularidades como individuos y sociedad son fruto de lo que entendemos como nuestro pasado y para ello nos servimos de los recuerdos, nuestra propia personalidad e identidad como individuos y carácter como pueblo está sujeto a continuos cambios y evolución, que nosotros mismos consciente o inconscientemente provocamos. 

Tanto personas como sociedades necesitamos adaptar nuestra Historia, transformándola en recuerdos, bien porque parte de nuestra Historia nos resulta difícil de digerir, porque es demasiado extensa y necesitamos simplificarla, porque es inadecuada para el presente que estamos viviendo o directamente porque potenciamos según que recuerdos que convienen a nuestro presente. 

¿Tenemos que estar peleando continuamente por desenterrar la verdadera Historia? ¿Podríamos convivir con nosotros mismos si solo tuviéramos presente la Historia y no su interpretación subjetiva? ¿Hasta que punto afecta a las personas positiva y negativamente la reinterpretación constante de sus recuerdos? ¿Hasta que punto es todo esto un autoengaño?

No sabría hasta que punto trasladar esta forma de percibir las ideas sobre la historia que he expresado, a una clase de secundaria. A pesar de ello, creo que valorar la historia desde el punto de vista que he abordado resulta fundamental para darle la importancia que se le merece a la Historia, pues esta no es más que estudiarnos a nosotros mismos, como sociedad e individuos. Cada uno de nuestros matices como personas tiene una explicación histórica que esta en nuestras manos excavar en mayor o menor medida. 



Anexo: 

Algunas cositas breves sobre mí: 



                                   

                                                        Villambroz (Palencia)









                                                            


                                                        












2 comentarios:

  1. Como dijo un célebre personaje de una gran serie: "Ser olvidado. Si olvidamos dónde hemos estado y qué hemos hecho, ya no somos hombres. Sólo animales."
    Muy buen post

    ResponderEliminar
  2. Una introducción y una reflexión muy profunda y reveladora.

    Estoy segura de que podrás enseñar a tus alumnos la Historia desde un punto de vista motivante y dinámico, lo que me ha parecido tu primer post ;)

    Un saludo,
    Sara

    ResponderEliminar

Uvas con queso saben a verso

Como colofón a este maravilloso blog, voy a tratar un tema delicado. ¿Cuál será mi aportación educativa?, ¿En qué podrá ayudar y enriquecer ...